Muy fétida, considerada el sucedáneo de la belladona[1].

Arbusto lampiño, espinescente, intrincadamente ramoso de 1,5 m de altura, con las ramas y ramillas delgadas. Hojas alternas, enteras, ovales o eliíptico-oblongas obtusas o subaguda, atenuadas hacia El pecíolo, de 2,5-5 cm de largo, pubescente debajo y lampiñas en la parte superior. Flores en fascículo multifloras, solitarias en las axilas. Pedicelos subigualando al cáliz, ellos y los pecíolos pubescentes. Cáliz brevemente campanulado dividido en dientes desiguales y lóbulos triangulares, persistentes. Corola blanca, lampiña, 5-lobada hasta un tercio de su longitud, el tubo en forma de embudo, 2 ó 3 veces mayor que el cáliz, sus lóbulos aovado-oblongos, reflejo-expandidos. Estambres 5, peloso en la parte inferior, salientes, encorvados, del mismo largo del estilo, filamentos filiformes, algo dilatados en la base, celdas de las anteras longitudinalmente dehiscentes. Ovario 2-locular, estilo filiforme, estigma capitado o 2-lobado. Baya globosa o elipsoide, de 4-5 mm de largo[1].

Arbusto escaso, endémico de Cuba, propio de zonas pedregosas de la parte oriental de la isla[2].

No se informa.

Sin efectos terapéuticos comprobados.
Toxicidad: Esta planta posee principios activos muy venenosos comparables con la toxicidad de la belladona. Se señala que las hojas son más activas que las raíces y estas más que los frutos, los cuales envenenan a las gallinas que los comen[2].
Reacciones Adversas y Contraindicaciones: No se señalan.
Interacciones con alimentos o medicamentos: No se señalan.